jueves, 25 de marzo de 2010

Mi primera carrera

El año pasado realicé mi primera carrera, la Michelín Power Cup. Eran 15 vueltas en la categoría Sportseries 600. Ya llevaba tiempo pensando en competir, y el hecho de que mi primo se animara a participar conmigo me hizo decidirme. Así que un viernes cualquiera me pedí el día libre en el trabajo y nos marchamos al pueblo a hacer todos los preparativos. Yo participaba con mi Gsxr600 y mi primo Joan con su Zxr636. La noche anterior a la competición era imposible dormirse, entre los nervios de la primera vez y toda la emoción contenida conseguimos acostarnos a las tantas de la madrugada. Al día siguiente sonó el móvil, nuestro tío, el súper técnico, nos esperaba en el circuito… nos habíamos dormido, mierda!!! Salimos disparados hacia el circuito, y cuando llegamos ya estaba mi tío Sintu preparando las motos y mi tía Esther haciéndonos el café. ¡Que más se puede pedir!
Después de colocar el exploseif, pasamos las verificaciones… todo OK. Calentamos, unos estiramientos, unas flexiones… parecíamos profesionales y todo! Nosotros apunto y muy nerviosos, nuestras monturas con los calentadores en las ruedas y el deposito lleno… ya teníamos ganas de gaaaasssss!!! Empezaron los entrenamientos, yo iba a mi ritmo, y de repente me empiezan a adelantar… coño que voy parao, no puede ser! Me engancho a la rueda de otro piloto mas rápido que yo y lo intento mantener, hasta que ras! …viaje a la grava! No pasa nada, también había adelantado a algunos. Salimos en parrilla mi primo 25º y yo 24, como buen equipo que somos, uno al lado del otro. Una vez allí, ya solo pensaba en una cosa… todo menos último!
El técnico nos dio algunos consejos: en la salida no os metáis por fuera de la curva ni muy por dentro, no arriesguéis las primeras vueltas, los neumáticos están un poco fríos, tomáoslo con calma… y a disfrutar!!!! Yo estaba todo lo concentrado que podía, pensando en los consejos. Se levantan las banderas y de repente la moto se para… NOOOOO! La intento arrancar repetidas veces pero no funciona, el semáforo cambia y empiezo a ver como los de atrás me pasan. Levanto la mano indicando que estoy parado, pero ya están todos en marcha. Veo que me adelanta el último, y sin rendirme vuelvo a intentar arrancar la tigresa… ahora sí! Brooooommmm! Allí estaba yo el último, todos los propósitos en el suelo, se me cruzaron los cables y solo veía un túnel… todo lo demás no existía para mi! Comencé adelantando por donde podía, la moto derrapando y moviéndose mucho (o eso me parecía a mi), pero ya todo me daba igual, me estaba quedando atrás y tenia que avanzar!
Mis primeras vueltas fueron una locura, con el subidón de adrenalina que llevaba ya me daba igual seguir tirando todo lo rápido que podía. De repente, veo a mi primo, y seguí tirando hasta que me pongo a su rueda. ¡Como no, tenia que acabar la carrera entre el y yo! Él estaba hecho polvo y no llevaba el ritmo que tenia en los entrenos, así que cuando llegamos a una curva en la que yo sabía que me salía mejor que a él así, lo intenté adelantar por el exterior. Lo conseguí, pero una vez llegamos a la curva de entrada a la recta, pensé que su moto corría más que la mía, así que decidí jugármela y casi no frené… tan casi que acabé en la grava! En cuanto me giro, lo veo pasar a él y dos más, y se me vuelve a nublar la vista de la rabia… salgo de la grava, casi me caigo, empiezo a tirar como un descosido; atrapo a uno, lo paso; con el siguiente me cuesta un poco más, pero también lo consigo; sigo dando todo lo que me queda , pero el cuerpo ya no me aguantaba más… Solo quedaban dos vueltas y no veía a mi primo, así que intenté mantener todo lo que podía.
¡Bandera de cuadros por fin! Llego al box un poco decepcionado, dos fallos muy tontos… Empiezan a llegar al box todos los familiares y amigos que habían venido a ver la carrera y nos aclaman! Dicen que ha sido un carrerón, que se lo han pasado bomba, y que a tenido mucha emoción! Con estos ánimos por parte de todos me animo. Pienso: después de todo no ha ido tan mal, y de los errores siempre se aprende!
A partir de ese momento todo fue una fiesta. La gente que pasaba por delante del Box se pensaba que éramos los ganadores… ¡Y de alguna manera para nosotros fue así! Finalmente quedé en 23ª posición, y mi primo 22º. ¡Si gané una posición y todo!
¡Ahora, echando la vista atrás y después de una experiencia así, solo tengo ganas de seguir mejorando y poder dar más!

jueves, 4 de marzo de 2010

Persiguiendo mi sueño...

Aquí empieza mi historia. La historia de un joven que siempre, desde muy pequeño, ha sentido el mundo del motor en sus venas. Todo, todos los que me han rodeado sentían un amor por ese mundo tan apasionante que es la velocidad, por el riesgo y la adrenalina, esa que te hace sentir vivo y que te engancha, por querer ir siempre más deprisa... y siempre disfrutando al máximo con este deporte, con nuestra pasión. Con seis años, y casi sin llegar a los pedales, conducía el coche en aquellos parkings de centros comerciales donde todos podían hacer el indio. Eso me gustó... más tarde, a los 11 años, me subí a una Cota 74; a los 12 cambié de cilindrada a una 348, sin siquiera llegar al suelo con los pies, parando en el bordillo de las aceras... era una de aquellas motos que se arrancan con la fuerza de la patada, era una moto de trial de las de antaño.

Una vez conseguido el carné , y algo de dinero, me compré mi primera moto de carretera “GPZ 400” de mi misma edad (del 1983). La mala suerte hizo que se cruzara un coche y me arrebatara mi primera nena... pero como suelen decir "no hay mal que por bien no venga", así que con la indemnización conseguí la moto que realmente deseaba, una “Honda Hornet 600” amarilla. Desde entonces el amarillo se ha convertido en mi color, el de mi equipo, y el de la afición... ¡Be yellow my friend!

La competición empezó con un pequeño juguete y mucha imaginación, buscando lugares donde poder competir con mis primos y amigos, riéndome mucho, magullándome rodillas codos, y llegando a casa destrozado... ¡pero con ganas de volver pese a todo! ¡Eran las “POKETS-BIKERS”! Sin embargo, pronto ese mundo se me quedó pequeño, quería más… más gas!

Arrancando con mi Hornet, me decidí a hacer un cursillo de conducción deportiva en Montmeló. Fue una pasada... a las dos vueltas se me pusieron por corbata, pero me gustó... Pensé - “tengo que conseguir una RR” – y buscando por los desguaces encontré lo que buscaba: “La GSXR 600 K5“. Aunque algo destrozada, y con mucho trabajo por delante, con la ayuda del Sr. Banco la conseguí. Poco a poco fue creciendo conmigo, arreglándola con pedazos de otras motos, mucha masilla, fibra de vidrio, algo de pintura, destreza creadora, y sobretodo con la ayuda de los mios, que son muchos. ¡¡¡Se convirtió en mi tigresa!!!

Sin pensar que la cosa iría tan bien, en mi sexta carrera subí a mi primer podio. Sucessivamente he ido adquiriendo diferentes éxitos (que ya os explicaré más adelante) y ahora creo firmemente que lo importante es poner ilusión en lo que realmente te apasiona. Si lo haces, no hay barreras que te impidan llegar donde quieras. ¡Tengo un sueño, y una afición que lo comparte conmigo!

Ahora se nos presenta un nuevo reto, con una barrera difícil de esquivar... y es que un deporte como es el motociclismo requiere de una inversión continuada que obviamente, con mi sueldo de mecánico no me puedo permitir. Por eso, y para poder seguir alcanzando metas, empiezo una nueva etapa en la que sobretodo buscaré patrocinios, pero en la que también quiero que esté presente, y ahora más que nunca, ese sentimiento de la afición, ese sentimiento de equipo que siempre me acompaña y que no deja de sorprenderme. Porque ahora más que nunca queremos hacer ruido, queremos que nos oigan, y para ello necesitamos a alguien que crea en nosotros y que permita que continuemos haciendo este sueño realidad...

¡Y que se sienta la furia amarilla!